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She S Mine Fayoki

Yoko fue a la habitación de su madre mientras Faye se quedó hablando con Ize. La mujer le había sugerido a su hija que simplemente se fueran a descansar pero la chica se negó, quería ver a su madre.

- Le dije a tu madre que te diga que estoy bien.

- Mamá me lo dijo pero yo quise venir..

- Yoko no quiero que me veas mal.- WanWand tenía lágrimas en los ojos y era la primera vez en meses que su hija la veía así.

- Mamá no puedes alejarme, entiendo que no quieras que vea lo traumático pero déjame cuidarte.

- Yoko no quiero que me cuides.

- Mami por favor.. no me obligues a obligarte, no iré a ningún lado.

- Mira no tengo fuerzas para pelear, por ahora ve con Faye vayan a descansar.

- Mami y si vamos con un médico a que te den algo..

- Hija todos esas pastillas que ves ahí es lo que me dieron..

- Pero..

- Ya no hay solución para esto, moriré aquí y de echo lo prefiero.

- No digas eso.

- Es la verdad, puedes al menos cumplirme un último deseo?

- Lo que quieras..

- Cuando este bien, quiero que pasemos buenos momentos y cuando este mal como ahora.. mejor déjame sola.- WanWand se lo puso muy difícil Yoko que no sabía que decir. - Por favor Yo.

- Esta bien.

La chica besó la mano de su madre y la soltó de a poco sin mirar atrás, la mujer suspiró y susurró un gracias que Yoko no escuchó. No quería que su hija la vea así, prefería que su hija tenga recuerdos mas felices y era su decisión. Yoko no podía negarse a cumplir la única cosa que su madre le pedía.

Al día siguiente WanWand se levantó como si nada, parecía sin problemas y Yoko quería creer que podría mejorar, pero cuando llegaba la noche los problemas empezaban y se encerraba en su habitación. En una semana la mujer había perdido mucho peso y ya no quería ir con ningún médico.

- Faye me acompañas a ver el nuevo equipo de producción.

- Vas a trabajar?

- No es trabajo, mas bien para entretenerme.- WanWand se sentía mal y necesitaba salir de la casa.

- Esta bien, deja le aviso a Yoko primero.

Luego de volver al cuarto, Faye habló con Yoko y la chica aceptó la idea aunque suspirando, la Ceo le explicó exactamente lo mismo que Wanwand a ella.

- No puedo detenerla pero.. pensaba quedarme aquí con ella hoy.

- Pues igual pasaras la mañana con ella porque quiere venir.

- Esta bien, no es como que pueda hacerla cambiar de idea.

- Lo se.

La Ceo pasó la mañana con WanWand y la mujer parecía de lo mas normal, por un momento Faye incluso olvidó que su amiga suegra se estaba muriendo.

- Vamos a almorzar, tienen comida vegana y puedo hacer que preparen lo que tu quieras.

- Esta bien pero no quiero ir a la cafetería, que te parece si pides algo y me alcanzas en la oficina para compartir un momento con Yoko.

- Si, debe estar muy enojada que no nos aparecimos en toda la mañana.

- Tranquila, si dice algo culpamos a mi adicción al trabajo.

- Okay P'Wan iré a buscar la comida y luego con ustedes.

- Perfecto.

Wanwand subió el ascensor suspirando, cerró los ojos sintiéndose mareada, tenía bastante dolor. Buscó una pequeña punta que dosificaba morfina y se la inyectó en el brazo. No era ilegal porque teóricamente su médico se lo había recomendado para el dolor, pero sabía que eso ya era lo último. Su corazón no aguantaría mucho mas, llevaba semanas aplicándoselos cada vez mas seguido y sabía perfectamente que con cada dosis su corazón se debilitaba.

- De todos modos me voy a morir.- dijo inyectándose otra dosis.
Cada día le hacía menos efecto y el dolor era insoportable.
Una vez en la oficina Yoko levantó la vista para ver entrar a su madre, parecía feliz y mas o menos normal.

- Mami estas bien?

- Lo estoy, vine para que almorcemos juntas, Faye fue a buscar la comida ya debe estar por llegar.

- Toda la mañana y ni un mensaje se dignaron a mandarme!

- Tranquila, mantuve a tu mujer bastante ocupada, ya sabes como soy..

- Lo se, yo soy igual.

- No hija, tu no abandonas a tu familia por el trabajo.

- Mamá..

- Olvidemos estos temas y mejor dime.. que tal van las producciones?

- En curso dos y el resto ya estrenadas hace unos días los pilotos, vamos bien de tiempo.

- Eso es genial, tu mamá debe estar muy orgullosa.

- Lo esta y de echo dirigió casi todo.

- No se de donde saca tiempo para dedicarme a mi, tu madre es un ángel.

- Lo es.

- Yoko, cuídala por mi por favor, y ayúdala en todo lo que necesite, si quiere empezar una nueva vida, por favor no la juzgues y acompáñala.

- Mami no te despidas, estas aquí..

- Pero no se por cuanto tiempo y es hora de que seas fuerte, eres toda una mujer y estoy muy orgullosa de ti.- WanWand besó la mano de su hija y le dio una tierna sonrisa.

- Siempre la voy cuidar y a ti también Mami aunque no me lo permitas .- Yoko abrazó a su madre.

- Ya te dije que no me digas Mami.

- Esta bien papi.

- Eso me gusta mas.

Luego de separarse su padre limpió sus lagrimas y de nuevo besó su mano, en ese momento entró Faye con la comida en dos bolsas de papel y con unas botellas de agua mineral bajo el brazo.

Luego de comer Faye ofreció a WanWand que se fuera a su casa y ella continuaría con el trabajo, la mujer aceptó y se despidió de su hija. La Ceo pidió acompañarla hasta abajo, al subir al ascensor empezaron sus recuerdos de cuando salían juntas, era como el tiempo no hubiera pasado.

- Entonces le dije "basta no puedes ser así de celosa". Y para demostrármelo me llevó a la barra, pidió un Martini y me besó frente a mi ex.

- Y después?

- Sonrió y me sacó a los tirones.

- No se llevó el trago?

- No jaja

- Jaja no puede ser, no pensé que mi hija fuera tan celosa.

- Me recordó a nuestras épocas donde Ize te sacaba casi de la oreja en las fiestas.

- Bueno pero Faye tu te pasabas de claro oscuro.

- Conste que ya no hago eso y tu hija se pone celosa hasta de los insectos si están cerca de mi.

- Sabes.. a pesar de que te conozco y se que no eres mala persona, debo pedirte que por favor la cuides.

- P'Wan te lo prometo.- Faye apoyó su mano en el hombro de su amiga y la abrazó.

- Gracias.

- Gracias a ti, por entenderme por no juzgarnos y por ayudar con Ize.

- Sabes no creo que yo fuera quien la hizo cambiar de opinión y dejar sus prejuicios de lado contigo..

- Ah no?

- No, ella vio como cuidas y amas a nuestra hija, creo que entendió.

- Aún así gracias, no solo eres mi amiga, también eres la madre del amor de mi vida.

- No podría dejar a mi hija en mejores manos que contigo.

Luego de su conversación se volvieron a abrazar y Faye abrió la puerta para su suegra, sintió un a punzada en su corazón y simplemente la saludó una última vez para volver a su trabajo.

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